La evolución de las compras online y las ventajas de la economía digital

Desde hace unos años y prácticamente sin que los usuarios se hayan dado cuenta, la conexión a Internet, el acceso a la información en tiempo real y los formatos de compra son ahora una realidad del día a día, permitiendo a los consumidores tener un acceso más rápido y directo a servicios y productos. Un formato al que cada vez más sectores se están adhiriendo.

Desde que estallara la pandemia provocada por al Covid-19, la transformación digital ha tomado impulso y cada vez son más empresas del mundo las que se han ido consolidando en lo que se conoce como el comercio online. Sin ir más lejos, en 2021 más del 85% de los españoles hicieron la mayoría de sus compras por Internet, siendo alrededor del 50% de ellos recurrentes, una tendencia que se mantuvo en 2022 y que ahora, cuatro años después de la pandemia, se ha convertido en un formato bastante consolidado.

Son muchos los sectores que se han sumado a la digitalización, no solo el retail, que es uno de los más concurridos, sino el financiero también. Prueba de ello es que los usuarios cada vez lo tienen más fácil para solicitar minicréditos rápidos de manera online.

Una evolución en constante crecimiento

No hay duda de que el crecimiento del comercio electrónico es una realidad y que este formato llegó para quedarse. Comprar por Internet es ya algo habitual en el día a día, especialmente los usuarios que forman parte de la denominada generación millennial. Este sistema ofrece facilidades de acceso a los productos y servicios, poder comprar en cualquier momento y lugar o incluso realizar una comparativa de precios en un momento determinado.

Lo cierto es que, el asentamiento de Internet, las innovaciones tecnológicas y los cambios que se han producido en la sociedad han hecho que, desde la década de los 90 a ahora, el e-commerce se haya convertido en el formato principal de compra de la mayoría de los españoles. 

El impulso de la economía digital

Cuando se habla de economía digital se está haciendo referencia al uso de las tecnologías de la información en aquellos procesos de producción tanto de bienes como de servicios, así como en su comercialización y, por supuesto, en su consumo. Aprovechando dicha tecnología, la industria, en todas sus áreas, está creando productos y servicios de fácil acceso y es aquí donde se mueve esa economía digital y la que ha impulsado la evolución del comercio electrónico.

Las principales características de la economía digital son tres: infraestructura, negocio electrónico y comercio electrónico. En cuanto a la primera, hay que decir que enmarca todos aquellos recursos tecnológicos que puede utilizar un negocio para llevar a cabo su actividad. Aquí se incluirían los programas informáticos y los equipos informáticos, sin olvidar por supuesto el equipo humano especializado en dichos recursos.

Por su parte, el negocio electrónico engloba los procesos que se llevan a cabo a partir de herramientas online, aplicaciones informáticas y plataformas digitales, mientras que el comercio electrónico es el proceso final de compra y venta de todos los servicios y productos que se ofertan en Internet.

¿Qué ventajas destacar de la economía digital?

Como ya se ha mencionado, la economía digital ha cobrado un gran protagonismo en los últimos años, sabiendo además que la tendencia continuará al alza, teniendo en cuenta que se siguen desarrollando nuevas tecnologías que facilitan cada vez más estos procesos, tales como inteligencia artificial, Internet de las cosas, blockchain o realidad virtual. 

En este sentido, son muchas las ventajas que se pueden destacar de la economía digital, siendo las principales la información, ya que en todo momento los usuarios tienen todos los datos que se necesitan para tomar las decisiones de compra; también hay que mencionar las cercanías, debido a que están disponibles numerosos canales de atención al cliente; por supuesto hay que darle importancia a su presencia global, puesto que los usuarios tienen fácil acceso a todos los servicios y productos en cualquier momento y lugar; y finalmente, la seguridad, ya que las transacciones que se llevan a cabo de manera online suelen realizarse a partir de sistemas y tecnologías muy seguros.